Igualdad de género: los clichés son difíciles

Artículo del suroeste del 16 de marzo de 2017EDUCACIÓN - Estudiantes de secundaria de Bayona y chicas de secundaria de Hendaya se reunieron sobre el tema de negocios

Niños y niñas dialogan sobre la igualdad frente al espejo

Los chicos del Lycée Paul-Bert de Bayona visitaron a las chicas del Lycée Aizpurdi de Hendaya el viernes pasado. No fue solo una llamada de cortesía. Algunos serán futuros vendedores y estudiarán técnicas de venta, otros se convertirán en esteticistas. Universos muy lejanos que, sin embargo, podrían confluir si estas niñas y niños cruzaran ciertas barreras.

Aquellos con un mejor conocimiento de sus respectivos estudios y aquellos que simplemente separan el mundo de las mujeres del de los hombres. Sin embargo, una cosa los une: estos adolescentes son reacios a convertirse en empresarios y prefieren seguir siendo asalariados. El director del instituto de Aizpurdi, Bernard Cabos-Duhamel, padre de cinco chicos pero muy feminista, reina en este mundo de chicas. No solo intenta mejorar sus estudios y hacer que su futuro profesional sea aún más brillante, sino también restaurar la igualdad entre niñas y niños. Cultura corporativa El 11 de marzo de 2016 organizó una conferencia sobre el lugar de la mujer en la empresa. En 2015, un primer encuentro, realizado en colaboración con las asociaciones Andere Nahia y 100.000 Emprendedores, ya se centró en el tema "Las mujeres son el futuro de los hombres". Estas iniciativas habían sido un verdadero éxito y habían fascinado a sus alumnos. “A la hora de la orientación, pocas chicas optan por el emprendimiento. Sin embargo, queremos animarlas a que se atrevan y vayan más allá de los estereotipos”, lanza la directora. El pasado viernes, este encuentro presencial, apoyado siempre por la asociación 100.000 Emprendedores que busca transmitir la cultura emprendedora a los jóvenes, derribó algunos tramos del muro que separa los dos mundos. Los estudiantes de secundaria pasaron el día descubriendo una profesión no tan trivial. Escucharon a sus compañeros y de alguna manera, hicieron una "nueva piel". Un poco intimidados al principio, los chicos se fueron soltando poco a poco, para dialogar en igualdad de condiciones con las chicas. Para Sacha, estas profesiones estéticas le parecían muy alejadas de su mundo. "Pero finalmente me doy cuenta de que se trata de industrias muy serias". No es fácil descifrar los códigos. Si a los chicos se les pregunta si les molestaría dejarse llevar por una mujer, la reticencia no está lejos: "Preferiría que me llevara un hombre, pero eso no me haría dejar la empresa". La gran mayoría cree que hombres y mujeres no piensan de la misma manera. Un hallazgo que los deja preguntándose. "Más complicado" Otro chico reconoce que las chicas tienen más barreras que superar que los hombres en la vida profesional: "Es necesariamente más complicado". Para los profesores, "no debemos romper los sueños y dar ambición a los jóvenes". Es necesario revisar las técnicas de contratación y romper con los estereotipos. En teoría, no hay enfrentamiento. Pero estas chicas de 16 y 17 años todavía tienen una educación y modelos a seguir que las paralizan. No se les empuja a superarse a sí mismos y convertirse en líderes empresariales. Es en este punto donde confluyen niños y niñas y en el que interviene Anaïck Jusy, responsable regional del proyecto 100.000 Emprendedores. “Los jóvenes se limitan y no se sienten capaces de manejar un negocio. Se refugian en el trabajo asalariado y prefieren seguir ocupados”. Sin embargo, una niña dice: "Es motivador tener un trabajo que nos guste". Las chicas de secundaria visitarán muy pronto a los chicos de Paul Bert y estas iniciativas deberían dar alas a estos estudiantes.